El clavel del aire (Thillandsia recurvata L.) y su relación interespecífica




EL CLAVEL DEL AIRE (Thillandsia recurvata L.) Y SU RELACIÓN INTER- ESPECÍFICA 

Por Nelso A. Torresi

El tema del clavel del aire (Thillandsia recurvata L.) de si afecta o no a las otras plantas en la que se asientan, es una discusión de nunca acabar, no solamente de personas neófitas o no muy avezadas en el tema, sino que también de técnicos y especialistas.
Generalmente tenemos la predisposición de aceptar lo que se ve, vale decir, ver las consecuencias, y nunca detenernos o estudiar las causas, es decir, basarnos en la intuición y no en análisis racional.
Para poder sacar una respuesta más o menos certera al respecto, tenemos que tratar el tema desde el punto de vista ecológico y no de forma aislada. Todos los seres vivos se interrelacionan entre sí y con su medio de forma tal que constituyen una entramada red de ajustes y desajustes para lograr así el tan ansiado equilibrio ecológico.
Son muchos los factores ecológicos que podría intervenir en este problema del clavel del aire. En primer lugar debemos ubicar al mismo en su relación inter-específica, vale decir, cómo se relaciona con otras plantas.
Para comenzar debemos apurarnos a decir que no es una planta parásita como generalmente se cree, ya que si lo fuera sus hojas no tendrían el color verde, indicador de órganos llamados cloroplastos con clorofila para realizar la fotosíntesis y por lo tanto producir sus propios alimentos. Una planta parásita vive a expensa de otra (huésped) absorbiendo la savia de los vasos del floema y obteniendo así el agua y los nutrientes. Para ello dicha planta parásita posee raíces especializadas llamadas haustorios que se introducen en el tejido vascular. Las “raíces” del clavel del aire no cumplen esa función, sino la de sostén a modo de zarcillo para asirse a los tallos, ramas y otros objetos. Un típico ejemplo clásico de planta parásita es la cuscuta de la alfalfa (holoparásita) que carece en absoluto de clorofila que le da el color verde y por lo tanto es blanquecina.

Experiencia para probar que el clavel de aire es fotosintético 
Una sencilla experiencia corrobora lo dicho: tomemos una tela de color negro y cubramos en su totalidad a la planta de clavel del aire, sin que pueda entrar luz alguna, pero sí el vapor de agua y los minerales, y sin desprenderla de la planta que la sostiene  (No decimos hospedador porque no es un parásito). Al cabo de varias semanas vemos que la planta de clavel del aire pierde su color verde y muere.

Experiencia para probar que el clavel de aire no absorbe agua ni nutrientes de la planta que la sostiene 
Tampoco podemos decir que absorbe agua y nutrientes de la planta que lo sostiene, ya que lo vemos en gran cantidad sobre objetos que no son plantas, como cables aéreos, postes, etc. La siguiente experiencia sencilla corrobora lo dicho: cortemos cuidadosamente el tallo del clavel del aire justo al ras del tronco o tallo del que está agarrado o prendido. Cubrimos los cortes con cera de abejas u otra sustancia insoluble al agua, y con la misma sustancia sostenemos a la planta de clavel del aire en su lugar. Si es necesario usamos algún tipo de cinta adhesiva. Vemos después de varias semanas que la planta sigue igual sin secarse.

Conclusiones
Por lo tanto, con estas sencillas experiencias demostramos que su relación inter específica es la de comensal, esto es, uno de ellos se beneficia, en este caso el clavel del aire, al ubicarse en otra planta para que lo sostenga y eleve para tomar así la luz del sol, y la misma  no se beneficia ni se perjudica. Un ejemplo más sencillo, es el caso de un nido sobre un árbol; el pájaro que hizo el nido sobre él se beneficia, ya que le ofrece sostén y protección o refugio, mientras que al árbol no lo perjudica en nada sostener un nido ni tampoco lo beneficia.

Factores biofisicoquímicos del clavel del aire
En primer lugar debemos considerar algunas características o aspectos bionómicos del clavel del aire que son fundamentales para entender su propagación, a saber:
  • Diseminación de las semillas: Como es una planta spermatophita o fanerógama, es decir, planta con flores y semillas. Éstas están adaptadas para diseminarse por medio del aire (dispersión anemófila). Para facilitar este tipo de diseminación, las semillas son muy livianas y están provistas de dos alas que les permiten ser llevadas por el viento y también una especie de pelos largos blanquecinos que les sirven para adherirse a las plantas y/o objetos diversos.
  • Luz solar: No podemos decir que es una planta muy heliófila, vale decir que solamente prospera a pleno sol y/o luz. Simplemente prospera en los lugares de mayor cantidad de luz para así poder cumplir con el proceso de la fotosíntesis. El color verde claro de sus hojas indicador de escasez de cloroplastos indicaría que es muy heliófila. En las plantas perennes (Ej. Ligustro) solo prospera en las ramas bajas laterales, que reciben más luz.
  • Absorción hídrica: El clavel del aire toma el agua de las moléculas o microgotas que están diseminadas en el aire (humedad ambiental), y también del agua proveniente de las lluvias, rocío, etc.
  • Nutrientes: El clavel del aire toma los minerales que necesitan, sobre todo nitrógeno, de las partículas en suspensión del aire.
  • Maleza: Término agronómico muy reñido con la ecología. En efecto: el término elude a las plantas que compiten con los cultivos del hombre. Ecológicamente ninguna planta por más insignificante que sea y que aún perjudique a otra u otras especies es considerada maleza o planta perjudicial, ya que todas contribuyen a las interrelaciones y así a mantener el equilibrio ecológico de los ecosistemas. Por lo tanto es impropio llamar maleza al clavel del aire y a cualquier otra planta.
Factores ecológicos que facilitan el asentamiento del clavel del aire

  • Plantas viejas, decrépitas y/o enfermas (situación de estrés): En estos casos es donde suscita mayor discusión el tema del clavel del aire. Es el caso del huevo o la gallina. Como hemos dicho al comienzo de este trabajo, la gente siempre tiende a pronunciarse por las consecuencias de algo y no por sus causas, ya que es lo primero que se ve a simple vista. Cuando una planta está vieja, decrépita y/o enferma, es decir de situación de estrés, es atacada por un montón de seres vivos que la parasitan. Estos sí son parásitos y NO el clavel del aire. Esos seres vivos son hongos principalmente, líquenes, cochinillas, etc. que pueblan el tronco y las ramas y facilitan la adherencia de las semillas, además de encontrar humedad y minerales. En estas plantas viejas, decrépitas y enfermas por virus, bacterias, hongos, etc., se da un doble problema. Por un lado las enfermedades producidas por estos agentes patógenos debilitan a la planta haciendo que se mueran los tejidos de la corteza o no lleguen bien los nutrientes a la misma. Entonces la corteza se resquebraja y es atacada ahora por otros organismos como hongos y líquenes. A su vez, esa corteza rugosa, con grietas, líquenes, hongos, es el lugar especial para la adherencia de las semillas del clavel del aire. Además, como lo hemos expresado anteriormente, ese tronco deteriorado, actúa como un reservorio de agua por retención de la corteza absorbente muerta y de minerales provenientes de la descomposición de la misma que va a aprovechar con ventaja el clavel del aire. Se crea así un microclima al evaporarse el agua y arrastrar las sales que el clavel del aire va a absorber por sus hojas. No podemos obviar acá también el tema de la poda de las plantas, donde las heridas provenientes de la misma son una entrada fácil de noxas y asentamiento de otros seres vivos. Por último, digamos también que la adherencia de las sustancias contaminantes provenientes del aire es mayor en estos árboles viejos, decrépitos y/o enfermos.
  • Plantas u objetos contaminadas con sustancias provenientes del aire: Se ve claramente que en lugares y cercanías de gran contaminación ambiental del aire con gases y/o humos diversos, emanados de vehículos, chimeneas hogareñas a leña, etc. la presencia de plantas de clavel del aire es mayor. Un ejemplo de esto es la presencia de plantas de clavel del aire adheridas a cables por sobre los lugares de gran contaminación. También se ve en gran cantidad individuos del clavel del aire en plantas receptoras que reciben humos de chimeneas hogareñas a leña (creosota). Las semillas anemófilas del clavel del aire se adhieren o “pegan” con mayor facilidad en estas películas adherentes provenientes de la contaminación. Además también, en estos lugares, el clavel del aire encuentra los minerales que necesita.
  • Plantas autóctonas: Estas plantas, cuando ya están en situación de estrés por factores que ya hemos visto, son más propensas a que se radique el clavel del aire, ya que su corteza muy rugosa y con necrosis en la misma, con líquenes y demás parásitos, encuentran el lugar apropiado para su proliferación.
  • Plantas con heridas provenientes de la poda: Los árboles podados dejan grandes heridas que sirven de puerta de entrada a toda clase de noxas que enferman y debilitan a los mismos, para luego ser poblados por otros parásitos que terminarán con ellos y consecuentemente la radicación del clavel del aire. Al parecer, las consecuencias de la poda la sufren más los árboles autóctonos que los exóticos tal vez por su lento crecimiento y tronco y ramas muy lignificadas (madera dura) al no poder cerrar en absoluto las heridas de la misma.
  • Reducción y/o extinción de pájaros específicos que comen sus semillas: Es un tema que todavía habrá que investigar, ya que ni siquiera sabemos qué especie de pájaros comen las semillas del clavel del aire. Aunque considero que por la gran cantidad de semillas que produce el clavel del aire, la intervención de los pájaros sería insignificante.
  • Aumento de la humedad ambiental: El clavel del aire vive sobre otras plantas que son fotosintéticas, y como tales transpiran. Esa agua en estado de vapor crea un microclima que es absorbida por las hojas del clavel. Amén también de tomar el agua de la humedad relativa del ambiente, del agua acumulada por absorción y retención en los troncos podridos, del rocío de la noche, etc.
Hipótesis falsas descartadas
  • Diseminación ornitófila: Los pájaros no serían los que diseminan las semillas. Generalmente las excreciones con posibles semillas pre digeridas caerían en el suelo con nula posibilidad de germinar, sobre todo si el pájaro se asienta en un cable. En este caso no habría forma, de acuerdo a la ubicación del pájaro, de que la excreta caiga sobre el cable y vemos que los cables están llenos de clavel del aire.
  • Competencia: No existe competencia por la luz del sol (fotocompetencia) entre el clavel del aire y la planta que lo aloja. No puede haber competencia entre dos especies cuando uno de ellos (el clavel del aire) tiene un crecimiento muy lento en relación a la especie que lo sostiene. Por lo tanto la relación interespecífica sigue siendo la de comensal.
  • Sostenedor: El talluelo que sostiene al clavel del aire a la planta que lo aloja, no tiene otra función que esa. No hay ningún pasaje de agua ni de sales minerales entre ambos. En tallos finos de la planta que lo sostiene, el clavel del aire enrolla varios filamentos o raicillas como si fuesen zarcillos, que se pueden desprender fácilmente desarrollándolos.
Plantas en las cuales no se adhieren el clavel del aire o lo hacen en poca cantidad
  • Plantas arbóreas con tallos lisos. Ejemplos: Fresno americano, tilo.
  • Cables de calle nuevos de textura lisa, no viejos con el material aislante reseco o resquebrajado.
  • Lugares sombreados, como en el interior de las copas de los árboles. Siempre se ve al clavel del aire en ramas laterales o espacios abiertos del árbol donde da el sol.  
Conclusiones generales: El clavel del aire no afecta en absoluto a las plantas sanas, esto es a plantas que no sufren ningún tipo de estrés, sea éste biológico,  ecológico o ambiental. Por lo tanto, las plantas con el tronco y/o ramas con tejidos muertos y/o parasitados con otros seres vivos, son las que presentan una mayor población de clavel del aire. La visión de este cuadro hace creer erróneamente que estas plantas (árboles) están en ese estado por causa del clavel del aire, cuando en verdad es al revés: el clavel del aire se adhirió justamente en ese lugar por las condiciones decrépitas de la planta.

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