Recomendaciones ecológicas para evitar ser picado por los mosquitos


RECOMENDACIONES ECOLÓGICAS PARA EVITAR SER PICADO POR LOS MOSQUITOS

Por Nelso A. Torresi - Biólogo
INTRODUCCIÓN
Los mosquitos, como todo ser viviente, cumple una función en las complejas tramas de las relaciones inter específicas de las poblaciones del ecosistema. No obstante, cuando estas relaciones entre las poblaciones se desequilibran por alguna razón, o cambian algunas condiciones físico-químicas del medio ambiente, entonces algunas poblaciones aumentan más que otras y se produce una super población o plaga ecológica de la misma.
En el caso de los mosquitos, esas relaciones específicas que hacen que aumente su población pueden ser la falta o disminución de depredadores naturales como ranas, sapos, insectos entomófagos, pájaros, etc., a su vez consecuencia de la aplicación indiscriminada de insecticidas en los cultivos agrícolas por parte del hombre, u otras causas.
Por otro lado, algunas condiciones físico-químicas del ambiente que han variados, como por ejemplo, para el caso de los mosquitos, las inundaciones, la elevada temperatura y humedad, etc., hacen que aumente su población por las condiciones propicias para su reproducción.
Por lo tanto, la condición de plaga ecológica no es más que un intento de restablecer el equilibrio ecológico perdido. No obstante, el hombre puede actuar en consecuencia para disminuir la población de una especie que se hizo plaga, la mayoría de las veces producida por las acciones del mismo, pero sin que afecte a las demás poblaciones y sin contaminar con venenos el medio ambiente y/o variar las condiciones físico-químicas del mismo.
Dado la coyuntura actual de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, transmisor o vector del dengue, la chikunguña, el zika y la fiebre amarilla, es que se hace necesario aplicar algunas acciones para, no solamente disminuir su población, sino prevenir su picadura y evitar así ser infectado por los agentes productores de esas enfermedades.
EN LA VIVIENDA
1. Aberturas de la casa:
Lo más importante en la vivienda es evitar que el mosquito entre a la misma. Para ello lo más indicado, por su efectividad, es cubrir todas las aberturas de la casa con tela mosquitero que, como su nombre lo indica fue fabricada para ese propósito desde hace muchas décadas. Las hay de diversos materiales, de alambres de hierro esmaltado, de alambre galvanizado, de plásticos, etc. Cada cual adquirirá la que se ajuste a su presupuesto. Si bien el material hace a la durabilidad de la tela, lo que hay que tener en cuenta es que la malla o entretejido sea lo más fina posible a fin de no dejar pasar a los insectos pequeños.
Este método de protección a la vivienda, no solamente es indicado para el mosquito, sino que también, y esto no es menor, para que no entren vinchucas, portadoras del Mal de Chagas-Mazza, y otros insectos como moscas, cucarachas, etc.
Tener cuidado de no dejar las puertas con tela mosquitero abiertas y al pasar hacerlo lo más rápido posible a fin de evitar que entren mosquitos. Lo mismo para las ventanas, aunque por lo general, la tela mosquitero está colocada en un marco fijo que no permite su abertura.
Además, la tela mosquitero tiene otra ventaja, y es que la mayoría de los insectos que están dentro de la casa, porque entraron por algún descuido, generalmente son fotosensibles, y van a parar sobre la tela metálica y ahí es fácil matarlos apretándolos con algún objeto.
Otra medida a tomar en las aberturas, y esto vale solamente para las puertas, es cubrir el espacio que queda entre la puerta y el piso con algún protector como los “chorizos” o colocando un sócalo de goma u otro material en las puertas. Esto evitará la introducción de insectos rastreros como las cucarachas, juanitas, arañas, etc.
2. Trampas:
Para eliminar los mosquitos que pudieron haber entrado a la vivienda, es muy efectivo colocar en un rincón de las habitaciones las trampas caseras de botellas de plástico que están muy difundidas en la web. No solamente esas trampas sirven para atrapar mosquitos sino que también atrapan maripositas de polillas, mosquitas, etc. Recordemos que el mosquito, generalmente, es de vuelo bajo y percibe rápidamente el dióxido de carbono que liberan el contenido de esas trampas.
3. Insecticidas y repelentes de ambiente:
Los insecticidas comerciales de ambiente de la casa, sea cual fuere su finalidad, su composición química, su forma de aplicación, etc. deberán ser desechados rotundamente, ya que todos tienen, en menor o mayor medida y con distinto accionar, toxicidad para las personas que conviven en la vivienda. No podemos agravar el problema combatiendo un mal con otro mayor.
Los repelentes de ambientes para mosquitos y cualquier otra sustancia para este fin, como por ejemplo el humo de las espirales, tabletas o pastillas, rociadores, etc. también deberán desecharse por su toxicidad. No obstante, existen infinidad de repelentes naturales que son inocuos y se pueden utilizar sin problemas, como clavo de olor, eucalipto, citronella, etc., cuya preparación se puede encontrar también en la web.
El humo producido por distintas sustancias (pasto seco, hojarasca, madera, etc.) es un repelente natural atávico para los mosquitos, así como para otros insectos como las abejas. Es un método usado en el exterior para espantar a los mosquitos prendidos al cuerpo de los animales como los vacunos, caballos, etc., en zonas donde estos insectos abundan. Para ello, en horas de la tardecita,  se hace un fuego en el suelo con leña y luego una vez bien encendido se le coloca ramas o pasto verde para que haga humo. Los animales se acostumbran a venir solos del campo y se colocan en la cortina de humo para que se espanten los mosquitos. Pero este método no se puede aplicar en el interior de la vivienda, ya que además de inhalar  humo con partículas de la combustión, quedan impregnados todos los objetos de la vivienda.
Está comprobado que la contaminación ambiental en el interior de las casas debido a infinidad de sustancias químicas y materiales que se encuentran en las mismas, es superior a la contaminación ambiental externa.
EN LA VESTIMENTA
En general se debe usar ropas de colores claros, ya que los mosquitos tienen mejor visión para los colores oscuros.
1. Parte inferior del cuerpo:
Usar pantalones largos holgados y que la botamanga que caiga sobre el calzado (zapatilla o zapatos cerrados). No usar sandalias, ojotas o cualquier otro calzado abierto. Cuando se va al campo en los lugares donde hay gran abundancia de mosquitos, es conveniente usar botas largas de goma o cuero.
2. Parte superior del cuerpo:
Usar camisas con mangas largas y holgadas, de manera que no toque la piel.
3. Cabeza:
Cuando se sale al exterior de la vivienda, en el campo, donde hay abundancia de mosquitos, usar un sombrero con velo de tul como el que usan los apicultores.
EN EL MEDIO AMBIENTE EXTERNO
1. Insecticidas:
No fumigar o rociar con insecticidas, ya que además de la toxicidad para las personas, mata a la fauna entomófila depredadora de mosquitos, como la libélula, mamboretá, etc., además de peces y batracios como sapos y ranas.
2. Fuentes de agua:
No dejar ningún recipiente que contenga agua cerca de la vivienda, sino que debe ser volcada (descacharrado), como ser bebederos de animales domésticos, floreros, etc.
Muy especialmente se debe atender a una fuente de agua que no se tiene en cuenta. que son las canaletas de los techos de chapas. Esta fuente no se ve porque está a gran altura y además recibe agua todos los días, proveniente del rocío de la noche. Estas canaletas deben acondicionarse, de manera que no junte agua, es decir, debe tener la caída necesaria para que escurra el agua, y además debe ser limpiada prolija y periódicamente a fin de que las hojas de los árboles no tapone a las mismas y no junte agua.
3. Vegetación:
Dejar la vegetación o el pasto sin cortar, a fin de proteger a la fauna entomófila depredadora (entomófoga) de los mosquitos. También en la vegetación se guarece otros animales que asimismo son depredadores de mosquitos (pájaros, libélulas, juanitas, etc.).

BIBLIOGRAFÍA 

TORRESI, Nelso A. Los Animales Domésticos y el Equilibrio Ecológico. Editorial Dunken. Buenos Aires 2014.

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